Los robos más comunes en comercios

Las técnicas de robo son cada vez más novedosas y complicadas de descubrir. Por eso, además de los tradicionales sistemas de seguridad, es imprescindible estar muy atento ante la posible práctica de estas técnicas.

A continuación os detallamos las que, según la Guía del Comercio Seguro editada por el Ministerio de Interior, son las técnicas más empleadas por los ladrones para cometer robos y hurtos en estos establecimientos.

-Chicle: Se da sobre todo en joyerías. El delincuente pega un chicle bajo el mostrador y, cuando le muestran las piezas, esconde una y la pega en el chicle. Si el trabajador se percata, el delincuente niega haberlo hecho y no se puede proceder en su contra. Si el trabajador no se percata, posteriormente un cómplice recoge la pieza pegada al chicle haciéndose pazar por cliente.

-Capote: uno de los delincuentes hace salir de detrás del mostrador al trabajador simulando, en ocasiones, bajo el pretexto de un falso problema súbito de salud como un desmayo, y con una bolsa de grandes dimensiones o similar obstruye la visión, momento en el que el otro delincuente aprovecha para acceder a la parte posterior del mostrador

-Pañuelo: el delincuente simula estar resfriado y con una tos muy fuerte. Con la ayuda de un pañuelo hurta los objetos.

-Bolsa con el interior recubierto de papel de aluminio: Es una práctica muy habitual ya que su fabricación es sencilla y casera. Estas bolsas evitan el funcionamiento de los chips de seguridad instalados en los artículos al pasar por el arco detector de la puerta del establecimiento.

-Distracción del trabajador: los delincuentes actúan en grupo y, mientras unos distraen y entretienen al vendedor, otros consuman el hurto.

-Mancha: este tipo de hurto no afecta directamente al establecimiento pero sí a los clientes. En este caso los delincuentes también actúan en grupo. Uno de ellos tira un líquido (café, chocolate, etc.) sobre la ropa de la víctima y, a continuación, le ofrece ayuda para limpiarle, mostrándose muy preocupado y dando excusas de forma reiterada. Este descuido es aprovechado por un segundo delincuente para consumar el hurto.

-Hay que vigilar las monedas: las hay de países asiáticos que se parecen a los euros pero que no son de curso legal ni tienen el mismo valor.

-Cambio de códigos de barras: consiste en cambiar el código de barras de artículos de precio elevado por el código de barras de artículos más baratos.

-Cajero bloqueado o manipulado: el estafador manipula o instala una boca de cajero falsa encima de la boca original del cajero.A partir de ese momento, puede hacer una copia de la tarjeta o hacer compras por Internet con ella, cargándose los gastos a la cuenta corriente a la que está asociada la tarjeta de crédito.

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