Ya se habla de drones que nos traerán los pedidos a casa, vehículos que conducirán solos y parches que, conectados a nuestro cuerpo, enviarán nuestras constantes vitales al docto sin necesidad de pasar por la consulta médica.
Pero todo ello pasa por alcanzar una mayor velocidad de Internet, y en ello están las grandes compañías de telecomunicaciones, que confían en el desarrollo del 5G para que sus planes alcancen el máximo desarrollo.
Así, mientras que aún nos encontramos en plena incipiente de las redes 4G, parece que éstas ya se han quedado obsoletas para determinados usos o funciones.
Se espera que el despliegue e implantación del 5G llegue en 2020.
Así, se espera que el uso de datos aumente exponencialmente en los próximos 5 años. Habrá unos 6.700 millones de usuarios de teléfonos móviles, ordenadores y tabletas que demandan cada vez más velocidad, más calidad del servicio y menos precio. Por otro, los objetos inteligentes pasarán de los 15.000 millones actuales a los 50.000 millones.
En este sentido, la velocidad de Internet se hace cada vez más necesaria en un mundo donde el vídeo dominará el panorama audiovisual y comunicativo.
La velocidad de Internet es a las compañías de telecomunicaciones lo que la duración de la batería para los fabricantes de teléfonos móviles, por lo que se prevén grandes avances en este terreno.