Ya hace unos meses os contábamos en este blog que los fallecidos en incendios domésticos crecieron un 11,5% en 2014, alcanzando los 116. El 2014 se consolidaba así como uno de los años más trágicos.
Según revelaba el Balance de Incendios de 2014 elaborado por la Asociación Española de Sociedades de Protección de Incendios AESPI – Tecnifuego, el perfil de los fallecidos a causa de incendios son personas mayores de 65 años, de noche y en invierno. El origen de los incendios suele situarse en el salón o en los dormitorios.
Además de la ausencia de medios de prevención y detección temprana, los expertos apuntan hacia la falta de educación colectiva como posible origen de algunos de los incidentes.
Y esta falta de concienciación es tan generalizada que contrasta con la importancia que le otorgan a este aspecto algunos de los países de nuestro entorno.
Así, en Dinamarca se instalan detectores en los hogares de personas mayores, discapacitadas o personas socialmente desfavorecidas.
Por su parte, Francia hará que los detectores de humo sean obligatorios en las viviendas a partir de 2016 y Reino Unido ha realizado un intenso trabajo en concienciación de la población con la emisión de campañas televisivas desde 1988. De esta forma, han conseguido la reducción la cifra anual de 500 a 200.
Ya en España estamos viviendo la incipiente introducción de buenas prácticas en este sentido por parte de algunos Ayuntamientos. En muchas zonas se han instalado detectores de humo, logrando reducir enormemente los incendios y las intoxicaciones de los vecinos.
Además, los expertos apuntan hacia la necesidad de incidir en la educación temprana en las escuelas. Concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de la prevención de los incendios es fundamental para lograr una mejora generalizada de las estadísticas.