España se sitúa a la cabeza mundial de países con más robos en el comercio minorista. De hecho, el coste de la delincuencia y de su prevención representa el 2,21% de la facturación de la venta del comercio minorista (o retail) en nuestro país, y asciende a 4.144 millones de euros.
De esta forma, España se sitúa sólo por detrás de México, Holanda, Finlandia, Japón y China aunque, según el Ministerio del Interior, la tendencia a nuestro país es a la baja.
En concreto, las tiendas de moda, joyerías y relojerías y establecimientos de bricolaje son los principales objetivos de los ladrones.
Según revela el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución 2014-2015, a pesar de que en España figura entre los países con más hurto, estos robos se producen desde fuera, es decir, por parte del cliente potencial o visitante del establecimiento. Así, el 52% de los hurtos es externo, una cifra superior a la europea, frente al 18% del total perpetrado por trabajadores internos de la empresa.
Las cifras de hurto en España sitúan en 2.487 millones de euros las pérdidas ocasionadas por la práctica, lo que equivale en 1,33% de las ventas del sector, lo que supone una mejora de 3 décimas con respecto al año anterior.
En 2014 se denunciaron 183.753 hurtos en establecimientos y recintos, un 5,16% menos que en 2013, el año precedente.
Con la reforma del Código Penal español que entró en vigor el pasado 1 de julio, el hurto en las tiendas ha pasado a ser considerado delito leve. Si el valor de lo aprehendido se eleva por encima de los 400 euros, la pena para el ladrón puede ser de entre 6 y 18 meses de cárcel.
Por otro lado, romper alarmas u otros dispositivos de seguridad conlleva penas superiores, por lo que el Barómetro Mundial también concluye que la nueva ley permite a los minoristas proteger tanto sus sistemas de protección electrónica de artículos como el resto de las inversiones en seguridad.