La eficiencia energética avanza en España y en Europa. Desde hace más de un año es obligatorio el certificado de eficiencia energética para poner a la venta o en alquiler una vivienda.
La realidad es que, cuando esa certificación se produce, raramente sobrepasa la calificación E sobre un rango mínimo de G. Conocer la calificación es un estado teórico que raramente pasa al plano práctico y que se complica aún más cuando la instalación a rehabilitar es un edificio histórico.
Para medir la eficiencia energética se tienen en cuenta aspectos como la capacidad de la estancia de mantener el calor o el frío que se genera en su interior o la de elementos aislantes como ventanas o puertas.
Salta a la vista la dificultad para que todos esos factores se den en un lugar con paredes de un metro de grosor y con más de 300 años de antigüedad.
¿Se podrían acometer medidas para mejorar la eficiencia en estos edificios? Sí, pero a un coste más elevado que en una vivienda normal ya que siempre se debe respetar su carácter histórico.
Debemos ser conscientes de que no podremos modificar las paredes en su parte exterior ni tampoco la cubierta, por tratarse de patrimonio protegido.
En cuanto al espacio interior, debemos respetar en todo momento su presencia para no descuidar el carácter histórico.
Debido a las limitaciones existentes en las acciones a tomar en la rehabilitación energética, las empresas especialistas deben tomar algunas soluciones creativas.
La renovación del aire, la correcta instalación de los elementos climatizadores en los espacios o la monitorización de los resultados de la ‘nueva’ instalación de nuevos elementos serán elementos de gran ayuda.
Resulta evidente la escasa eficiencia energética de edificios que datan de 3 siglos atrás, por lo que cualquier acción puede reportar el ahorro de elevados costes en las facturas energéticas de la estancia.
Con todo ello, es fundamental que la empresa que acometa las obras de climatización, electricidad… sea consciente en todo momento de la delicadeza del espacio que trata y que mantenga el carácter histórico y cultural del edificio ya que muchas veces estas estancias son empleadas con fines públicos como bibliotecas, museos…