Los primeros meses del año suelen ser aquellos en los que menos tiempo pasamos en nuestras segundas residencias. El frío y la cuesta de enero nos impulsan a mantenerlas cerradas hasta la llegada del buen tiempo y la época estival.
En este sentido, el Estudio sobre el robo de viviendas en España realizado por la División de Hogar de Línea Directa asegura que el 40% de los encuestados reconoce que en estas viviendas disponen de menos sistemas de seguridad que en sus residencias habituales, algo que explicaría la mayor cantidad de robos en las zonas costeras de España, donde más abundan las segundas residencias.
En los casos de las segundas viviendas, seguir los consejos básicos de seguridad en el hogar es mucho más difícil ya que generalmente se encuentran a cientos de kilómetros.
Por ejemplo, es complicado contar con la ayuda de vecinos en la prevención y vigilancia de la casa ya que, dependiendo de la zona donde esté, es posible que las viviendas vecinas también sean segundas residencias. Sin embargo, una alianza con ellos cuando estén en estas casas es fundamental para la labor de vigilancia.
En los casos de las segundas viviendas debemos tomar a la tecnología inteligente como gran aliado.
Así, instalar detectores de presencia en estancias como el pasillo, la cocina, el salón y la sala de estar nos aportará una gran tranquilidad. Si el apartamento posee varias plantas, se instalará un detector en todas ellas para controlar todo el espacio. Por otro lado, si disponemos de un sótano, un garaje comunitario o similares, hay que prestar atención a estas estancias ya que son accesos muy utilizados por los ladrones.
En este sentido, debes plantearte la instalación de persianas automáticas y programables que puedan subirse y bajarse a horas coherentes pero diferentes cada día. En el plano más tradicional, podemos instalar también rejas en las ventajas de la planta baja o en grandes ventanales.
De esta forma, harás creer que hay alguien en el interior de la vivienda. Esta práctica puede ser complementada por las luces automáticas que se enciendan a determinadas horas dando sensación de vivienda habitada.
En definitiva, las medidas de seguridad son imprescindibles en las segundas residencias, fuera de nuestro control y a las que no podemos acudir en caso de emergencia. Así conseguiremos una mayor tranquilidad.